Al final de tu turno, inflige 1 de daño a la unidad de la derecha y luego se potencia en 2.
Sonido
La crueldad de los sacerdotes de Svalblod era tan feroz, tan inmisericorde, que tras la caída de su culto los desterraron al mar a bordo de barcoluengos sin remos ni velas con que navegar.